Cómo asaltar tumbas en quince prácticas lecciones

Lección nº1:


Decir que la noche era oscura como la boca de un lobo, o que la oscuridad de la noche se podía cortar con una navaja de afeitar, sería algo obvio porque desde que la luna fuera fulminada por el General Batallier pocos se atrevían a salir de casa una vez que había anochecido. Además, estaba el Estado de Excepción y la Real Prohibición de Luz Artificial, así que a no ser que seas de otra época o de otro planeta cómo no vas a saber que por supuesto, la noche era oscura como la boca de un lobo. Los que se atrevían a deambular por las ciudades, bueno, por lo que quedaba de ellas tras que el General Batallier arrasara con la civilización occidental, lo hacían para delinquir, para secuestrar, violar, torturar, asesinar o robar.


Suburbia Slut apagó la luz-guía y dejó de respirar hasta que el corazón, progresivamente, le dejó de palpitar. Los vigilantes pasaron por su lado haciendo el ruido de quince camiones de la basura. Cuando el radar de bolsillo le dio la señal, volvió a insuflarse vida a sí misma y a encender el pequeño foco azulado que le indicaba el camino. Era la primera vez en aquel lugar. Séptima ciudad diferente para un mismo cliente. Un tipo extraño y caprichoso, pero qué diablos, pagaba bien y no era habitual encontrar buenos pagadores en aquel momento de la Historia, que para definir suavemente, podríamos definir como post-apocalíptico y nos quedaríamos cortos. Caminó entre escombros hasta llegar al cementerio. Era curioso cómo, a pesar de todo lo ocurrido, seguían siendo sagrados, seguían manteniéndose en pie gracias a la fe de las personas, que si bien habían perdido toda esperanza en esta vida la seguían teniendo en la que hay tras la muerte. Por eso cuidaban tanto a sus muertos, por eso los cementerios eran lugares mucho más vigilados y protegidos que las propias ciudades. Pero eso para Suburbia Slut no era problema. Porque Suburbia Slut era, una asalta tumbas profesional.

Fragmento de "Cómo asaltar tumbas en quince prácticas lecciones" de Roberto Carrasco


Entradas populares