Salir del laberinto

Junio es uno de mis meses favoritos del año, irradia felicidad. A pesar de lo duro de las últimas semanas, todo parece retomar su cauce, no se puede evitar que el río fluya y en este nuevo fluir, siento la ayuda y la compañía de un ángel. Comienzo a creer. Es extraño, pero comienzo a creer en ciertas cosas de las que había renegado durante toda mi vida. 

La negatividad se disipa, los nudos se deshacen, y he encontrado a una persona maravillosa. Es como si el universo me hubiera dado una señal, me hubiese enseñado una lección. Como llegar a la salida de un laberinto. Qué perdido he estado...Pero qué necesario era perderme para llegar hasta aquí...

Tengo varios proyectos entre manos y ningún trabajo remunerado. Es inquietante pero al menos no me genera la ansiedad que me generaba, por ejemplo, trabajar en Securitas Direct. Aún es pronto para hablar de estos proyectos, que acaban de germinar, pero son emocionantes y todos tienen que ver con lo que más me gusta en el mundo, que es escribir historias. Al fin y al cabo de eso se trata, de disfrutar al escribir, de crear nuevos mundos, tomar de la mano al lector y hacer que te acompañe en una apasionante ruta guiada. Si no se disfruta, no aporta nada, es una tortura. 


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