Y le puse punto y final
Como ya sabéis, y es que a pesado no
me gana nadie, llevo más de un año, que digo, casi dos años
dándole vueltas a la cabeza a una novela. Para ser sincero, germinó
más o menos en la época en la que escribí "Lo terrible del
deseo", la primera historia de Tan dulce, tan amargo.
Finalmente, y tal y como contaba en este otro post, la historia nació
del choque de otras muchas historias y tuvo varios nombres
diferentes. Hoy puedo decir que he terminado lo que es la primera
versión de esta novela corta, una joyita hecha con mucho mimo y
detalle titulada (creo que ahora sí, será el título que yo le deje
a la hora de enviarla a editoriales y/o concursos) El lugar donde se
pierden los niños. Fue Oye papá, oye mamá, Los niños perdidos,
Generación GaGa, Los dones de Acracia y El mundo tal y como lo
conocías. Y en cierta manera, sigue siendo todas y cada una de
ellas, sólo que ha mutado.
Algunos autores han hablado sobre el
lugar donde se pierden los niños. Lewis Caroll lo llamó el País de
las Maravillas y J.M Barrie, la Isla de Nunca Jamás. Este lugar
existe y todos hemos pasado por él aunque no todos lo recordemos. Es
ese mundo que creamos a nuestro alrededor, como una crisálida, para
no salir dañados durante el difícil proceso de dejar de ser niños.
Y es ese mundo en el que se quedan a vivir aquellos que se niegan a
crecer.
En El lugar donde se pierden los niños
conocemos la historia de Acracia, una chica perdida que le ha tocado,
por suerte o por desgracia, pasar la adolescencia durante la década
de los ochenta. Para evadirse de sí misma y del mundo de los
adultos, entrará en una espiral de drogas, sexo y alucinaciones, y
tendrá que decidir si hacerse mayor o quedarse para siempre al lado
de Wendy y de El Koni, su Peter Pan particular.
Surrealista, irreverente y mágica.
Rara y fascinante. Una pequeña gran historia sobre hacerse mayor. Un
cuento para adultos que aún recuerdan cómo era ser joven y también
para aquellos que lo han olvidado y quieren refrescar su memoria.
Espero que la podáis leer muy pronto y que muy pronto así la veáis.