La cuarta estrategia

La estrategia de diferir

Otra manera de hacer aceptar una decisión impopular es la de presentarla como “dolorosa y necesaria”, obteniendo la aceptación pública, en el momento, para una aplicación futura. Es más fácil aceptar un sacrificio futuro que un sacrificio inmediato. Primero, porque el esfuerzo no es empleado inmediatamente. Luego, porque el público, la masa, tiene siempre la tendencia a esperar ingenuamente que “todo irá mejorar mañana” y que el sacrificio exigido podrá ser evitado. Esto da más tiempo al público para acostumbrarse a la idea del cambio y de aceptarla con resignación cuando llegue el momento.
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Para que la vida diera menos vértigo se inventaron los años y los calendarios. A mí me lo sigue dando igualmente. Este año que hoy termina ha sido extraño, he aprendido que no sé nada, que todo es impredecible, que lo que fluye por mis venas no es sangre sino inquietud. Imagino la inquietud como un líquido transparente, viscoso y de tonalidad amarillenta. Este año que hoy termina me he topado cara a cara con el desconocido que vive bajo mi piel, y nos hemos saludado. Supongo que comenzaremos a entendernos de aquí a otros treinta y dos años.

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