Cómo me documenté para escribir ROTTENMEIER


En el año 2001 visité Dörfli, el pueblo en el que supuestamente se crió Heidi. Por si no lo sabíais, la novela Heidi, en la que después se basaron para hacer la serie y las películas que todos conocemos, está considerada por los suizos como una autobiografía de su autora, Johanna Spiry y por lo tanto, consideran real cada uno de los escenarios que en ella aparecen. Conservan con mimo, ya que es una de las principales atracciones turísticas del lugar, la casita en lo alto de la montaña. Sí, esa con la claraboya desde la que Heidi oía el murmullo de los cipreses. Subí hasta esta casita con un variopinto grupo de extranjeros y el guía nos contó que efectivamente, Johanna Spiry vivió en ella con su abuelo durante su infancia, hasta que se fue a vivir a Zürich para cuidar de una niña enferma llamada Netti Fries. ¿En serio? ¡Aquella revelación me pareció fascinante! En la novela había cambiado los nombres y la ciudad pero estaba claro, que la tal Netti Fries era Clara. ¡Clara también había existido y tenía nombres y apellidos! No pude evitar preguntarle si también había existido la señorita Rottenmeier. El guía me dijo que de eso, ya no había constancia. Por supuesto que la había, y yo la descubriría poco más tarde. Sin yo saberlo, estaba predestinado que acabara escribiendo la biografía de la institutriz más conocida y temida por niños de varias generaciones. Pero eso, como decía Michael Ende, y cómo acabé teniendo acceso a un manuscrito de la propia Charlotte Rottenmeier, es otra historia que será contada en otra ocasión...

Rottenmeier sale a la venta en Noviembre gracias al buen hacer de la Editorial Punto en Boca

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