La Historia Interminable (Influencias 1)


Para ser escritor hay que ser, sobre todo, lector. Mal vamos si un escritor te dice que no tiene tiempo para leer (o lo que es peor, que no le gusta leer). El cerebro es una esponja que va empapándose de palabras, de estructuras, tonos y ritmos. Y el escritor, una vez que tiene esta esponja bien llena, ha de escoger cuáles son las características de su propia voz.

He pensado que es buena idea hacer una serie de posts sobre los libros que más me han influido a lo largo de mi carrera literaria. El primero de ellos es, sin lugar a dudas, La Historia Interminable.

Comencé a escribir y a leer pronto, y ninguna lectura era suficiente para mí. Con cinco años ya devoraba un libro al día del estilo de Los Hollister, Los Cinco o Los Siete Secretos... Tras leer La Historia Interminable decidí que quería ser escritor, que había historias buenas y otras no tan buenas y que mi deber era aportar al mundo muchas del tipo que, como la novela de Michael Ende, te hacen ser otra persona, volar a otros mundos, aprender nuevas palabras y descubrir nuevos sentimientos. Releer el primer capítulo de La Historia Interminable se convirtió en mi pasatiempo favorito antes de irme a dormir y ahora, treinta años después, creo que fue la mejor lección de iniciación a la literatura que pude tener. Más que un libro, es un manifiesto del amor por la lectura. Si no la has leído, o crees que con la película tuviste bastante, no seas tonto y hazte con este libro ya. Desde luego, si quieres ser escritor, no puede faltar en tu lista de libros de cabecera. Escribas el género que escribas, Michael Ende es un ejemplo a seguir.

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